lunes, 30 de marzo de 2009

Humedades


Aprecien el elegante toque chic del moho sobre la pared. Parece ser que un ente al que llaman "bajante" es el responsable de esta obra de arte vanguardista. Afortunadamente, cada vez se va haciendo más grande, para alegría y gozo de los que moramos en esta sede administrativa, y es que, de todos es bien sabido, que respirar moho es bueno para la garganta y que la humedad fortalece los huesos y revitaliza el tono muscular.

Lo más sorprendente de todo es que un compañero, no falto de razón, opina que se trata de manifestaciones ectoplásmicas del más allá, como si de las caras de Bélmez se tratara pero en versión administrativa, pues cree ver el rostro de un alto cargo haciendo una pedorreta, burlándose para toda la eternidad de los funcionatas pringadillos que tengan la suerte de estar destinados en estas modernas dependencias.

viernes, 20 de marzo de 2009

Sin papel higiénico


Dado que mi sede está un tanto dejada y olvidada por lo que comente aquí sobre estar en tierra de nadie, ahora resulta que hemos sido agraciados con un hecho trascendental que nos ha marcado a todos: NO NOS REPONEN EL PAPEL DEL WATER. Pues cojonudo, oiga. Ya a estas alturas, no me importaría nada cagarme literalmente en la mismísima Administración.

Así, la opción disponible (y que se está usando) es el papel de secar las manos, que en nuestro caso se trata de un recio y basto papel reciclado, de textura similar al cartón o al papel de envolver pescado, lo que supone todo un goce y disfrute para el recto del afortunado cagador, que verá como las hemorroides proliferan cual setas en otoño; a lo que hay que añadir la sana ventaja de que este papel es un firme candidato para atascar el water, hecho que me llevaría a alcanzar mi mayor momento de gloria administrativa: salir nadando en mierda.

domingo, 8 de marzo de 2009

Donde caben 9, caben 20


La Administración hace suya la máxima "el hacinamiento os hará libres, muerte al feng shui" o quizás crea que funcionarios y ciudadanos somos hobbits, pero el caso es que la falta de espacio es ya todo un clásico del que he podido disfrutar en anteriores destinos (por ejemplo, aquí y aquí). Y ahora no iba a ser menos.

Debido a la asombrosa capadidad intelectual de alguien que manda, un nuevo departamento, que además conlleva atención al público, se va a ubicar en nuestra sede. Partiendo de la base de que no andamos muy sobrados de espacio, entre otras cosas porque nuestra sede es un piso, la cosa promete bastante. Y es que esa mágica sensación de vagón de metro en hora punta es la mejor forma de estrachar lazos entre compañeros y con la ciudadanía. En la foto pueden apreciar el coqueto hueco de la escalera donde los ciudadanos podrán departir amigablemente mientras esperan ser atendidos.